- Utilizar el aceite de oliva como principal grada de adición.
- Consumir alimentos de origen vegetal en abundancia: frutas, verduras, legumbres y frutos
secos. Son la principal fuente de vitaminas, minerales y fibra de nuestra dieta y nos aportan
al mismo tiempo, una gran cantidad de agua. Es fundamental consumir 5 raciones de fruta
y verdura al día. - El pan y los alimentos procedentes de cereales (pasta, arroz y especialmente sus productos
integrales) deberían formar parte de la alimentación diaria por su composición rica en
carbohidratos. Hay que tener en cuenta que sus productos integrales nos aportan más
fibra. - Los alimentos poco procesados, frescos y de temporada son los más adecuados. En el caso
de la frutas y verduras, nos permite consumirlas en su mejor momento, tanto a nivel de
aportación de nutrientes como por su aroma y sabor. - Consumir diariamente productos lácteos, principalmente yogur y quesos.
- La carne roja se debe también consumir, preferiblemente como parte de guisos y otras
recetas. Se recomienda el consumo de carnes magras y formando parte de platos a base de
verduras y cereales. - Consumir pescado en abundancia y huevos, recomendando el pescado
azul como mínimo una o dos veces por semana. Los huevos contienen proteínas de muy
buena calidad y su consumo tres o cuatro veces por semana es una buena alternativa. - La fruta fresca es el postre habitual. Aportan color y sabor a nuestra alimentación diaria y
son buena alternativa a media mañana y como merienda. - El agua es la bebida por excelencia y se debería tomar entre 1.5 – 2 litros de líquido al día.
- Realizar actividad física todos los días, al menos 30-45 minutos de manera moderada y
activa.
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